jueves, 11 de diciembre de 2008

Desmemoria Histórica

Últimamente, tras la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica y las actuaciones del juez Garzón para investigar los crímenes del franquismo, asistimos al intento de recuperar la memoria de las víctimas del franquismo durante la Guerra Civil y la dictadura. Estas medidas se deben a la insistencia de las familias de los asesinados que pretenden encontrar el lugar en el que están enterrados sus seres queridos, darles una sepultura digna y que abandonen para siempre las fosas comunes en las que se encuentran bajo la maleza sin una lápida que les recuerde. Es difícil de entender a las personas que consideran estos objetivos como una provocación "que reabre las heridas del pasado", ya que las víctimas del otro bando tuvieron ocasion de ser reconocidas y enterradas como se merecían. Mientras éstas eran honradas, las otras se marchitaban olvidadas y abandonadas en cunetas por culpa de un régimen que buscaba la desaparición tanto física como espiritual de sus crímenes. Así, durante los cuarenta años de dictadura, recayó sobre estos muertos un pesado manto de silencio, olvido y miedo que ni con la democracia se ha terminado de romper del todo. La simple exposición de estos hechos aún es sinónimo de discusión y rechazo por personas que parece consideran que la transición a la democracia impuso la amnesia y el olvido de la suerte de los miles de padres, hijos o abuelos de tantas familias. Conviene tener muy presente nuestro pasado, no para ajustar cuentas sobre lo que ocurrió, algo que en muchos casos es ya imposible por los años transcurridos, sino para mantenernos en guardia para evitar que las argumentaciones profranquistas tengan aceptación en nuestros días. Aprovechando el escaso celo de los gobiernos en este aspecto, una cohorte de pseudohistoriadores revisionistas, de la misma ralea que los negacionistas del Holocausto judío, vienen repitiendo con cierto éxito de público y ventas las argumentaciones franquistas de la Guerra Civil y la dictadura. Para estos franquistas de manual, el golpe de estado contra la legitimidad republicana no fue más que un levantamiento militar para recuperar la legalidad arrebatada por las hordas rojas. Estos mismos argumentos fueron los que inspiraron las leyes represivas de la dictadura y así mismo defendidas con ardor por los historiadores oficiales del franquismo. Unas imposturas históricas que niegan o minimizan la crueldad y la represión feroz del bando nacional, basándose en el argumento de que ésta formó parte de un proceso general en ambos contendientes. Olvidan de mala fé que mientras en el lado republicano las atrocidades, que sin duda se produjeron, eran producto de la anarquía y el vacío de poder en el que se encontraban esas zonas tras el golpe fallido, por contra los crímenes del otro lado eran operaciones sistemáticas dirigidas desde el mando central para aniquilar al contrario y "salvar" a España de la "antiespaña", comenzando un proceso de depuración y exterminio de una parte de la población. Un completo engranaje diseñado para la opresión y que mantuvo a nuestro país bajo la tiranía del yugo y las flechas hasta la muerte del tirano.
El Vicent, 10 de diciembre de 2008