viernes, 30 de mayo de 2008

Reflexiones de un "plagiador"

He de reconocer para empezar, mi total sorpresa ante la enorme repercusión de una simple semblanza de un peculiar profesor universitario y de la infausta junta directiva de la UMH. En mi supina ignorancia, pensaba que otros temas tratados merecerían un debate más acalorado pero, según parece, es un error más de escritor novel, poco bragado aún, en los intereses del público. Por ello, agradezco a todos, tanto las opiniones elogiosas como las negativas al mismo y el animado debate que se ha producido tras el alumbramiento de mi nueva entrada. Porque como se ha dicho en muchas ocasiones, es agradable que hablen de uno aunque sea para mal.
Pero analizando algunas de las críticas recibidas, dejando a un lado las de carácter personal, llama poderosamente mi atención la total falta de argumentos y pruebas que demostraran, como veladamente se acusa, un supuesto caso de plagio. Por ello y parafraseando a Groucho Marx, no puedo decir que no estoy en desacuerdo con ustedes.
Así, sería deseable tomarnos la molestia de releer tanto el artículo acusado como los textos del señor Noragueda para poder juzgar con conocimiento de causa, pero claro, eso supone contrastar nuestro parecer con la realidad, una molestia que tanto la prensa amarillista como algunos de mis queridos lectores parecen no estar dispuestos a llevar a cabo. Es más cómodo, por supuesto, utilizar epítetos como "vergüenza" o sacar a colación "el libro" de Ana Rosa Quintana a la primera de cambio. De todos modos, agradezco a César que en uno de sus últimos comentarios copiara frases textuales de un artículo suyo sobre el tema en cuestión: al fin encontré las "pruebas" de mi "plagio", al que voy a contestar punto por punto. Se acabaron las difamaciones sin rigor, realizadas desde la ignorancia.
Se me acusa en distintos comentarios de que "todos y cada uno de los datos" proceden de una única fuente, es decir, César Noragueda. Eso es totalmente falso, más bien todo lo contrario. Como supongo que mucha gente seguirá dudando de mi palabra, señalaré cada una de las fuentes de las que me he servido.
En primer lugar, la parte dedicada al profesor Villanueva está sacada de mi propia experiencia mediante frecuentes visitas a la institución académica ya que, gracias a ello, tuve la oportunidad de presenciar una clase de dicho docente en la que profirió la frase entrecomillada en mi texto, seguidas de otras consideraciones, algunas de ellas reseñadas, dedicadas a determinados alumnos del mismo. En aquella aula y ese día en particular, no se encontraba el señor Noragueda y en cambio sí se encontraba el autor de estas líneas. ¿A quién tengo que citar en este caso? ¿A mí mismo? Es obvio que resulta absurdo.
En segundo lugar, el otro gran "plagio" encontrado en mi artículo se refiere al título del mismo. Pues sí, he de reconocerlo: ¡Fuera excusas! La frase "¿Qué diría Miguel Hernández?" no es mía, pero...tampoco del señor Noragueda. Fue una propuesta de mi querida damisela, inquilina de mi corazón desde hace dos años y cuatro meses. Un servidor no tenía nada claro el título del mismo y en una conversación telefónica trasladé a mi pareja el argumento del texto que me disponía a realizar y entre otros, me dio la gran idea del título perfecto para el mismo. Dicha fémina estaba muy atareada en plena época de exámenes y con trabajo extra en casa, como para acordarse de las palabras textuales del señor Noragueda en un artículo de hace meses. En cuanto al artículo que usted esgrime en su comentario como prueba definitiva de mi plagio, he de decirle en mi modesta opinión, claro, que tiene tanto parecido con el final de mi entrada como el mensaje de Jesús de Nazaret y las arengas matutinas diarias en la radio episcopal. Esto es, en apariencia tratan de los mismos temas pero cualquier parecido entre los dos es pura coincidencia, tal y como comenta sarcásticamente en su comentario. Dicho final por mi parte, era una consecuencia lógica de todo lo anteriormente comentado en el mismo. Para empezar, falta en el extracto de su artículo la referencia a los dirigentes universitarios, los cuales nombro expresamente. Tampoco veo que haga referencia al sobrenombre por el que era conocido el poeta. Lo único en lo que podemos coincidir es en citar la muerte de Miguel Hernández, hecho conocido por todos. A mi parecer, muy pocas similitudes para tan alta acusación.
Querido César Noragueda, ¿Por qué no me acusa de plagiarlo en otras partes del texto?, ¿No será que no tiene ningún argumento razonable para esgrimir? En sus comentarios, corríjame si me equivoco, no hace ninguna referencia a la relación existente entre el rector y los distintos gobiernos populares sufridos en nuestra comunidad. Si no ha escrito nada sobre el particular, ya tiene material para otros artículos sobre la UMH y puede estar tranquilo, no le acusaré de plagio, lo puede considerar un regalo de un "alumno" a su "maestro". Ya que, como usted mismo se encarga de recordar, parece estar creando escuela.
Otros comentarios me han acusado de ser poco original en la elección de temas porque de la "UMH" ya se había ocupado con profusión el señor Noragueda. Respetando a quien piense de ese modo, por esa misma regla nadie podría realizar artículos de opinión de temas de actualidad en los medios de comunicación, ya que se perdería la originalidad al referirse muchos de ellos a los mismos temas. Un servidor no podría haber realizado la entrada de las corridas de toros, por poner sólo un ejemplo, porque es algo muy "popular" y seguro que muchas personas han escrito y seguirán escribiendo opiniones homologables a la mía, sin que se pueda acusar a nadie de plagiar un texto de otro. Solo se podría acusar de plagio a aquél que se otorgue como propio, una parte de cualquier texto escrito por otra persona que posea derechos de autor y no lo nombre al menos alguna vez en su artículo. Ahí sí se podría hablar de plagio, situación que no se da en este caso echando un simple vistazo a ambos textos y tras informar de mis fuentes de trabajo. Todo el mundo puede dejar escrito sus pensamientos aunque su tesis pueda coincidir con la expresada por otros, no creo que haya temas "exclusivos", esto es, dignos de ser tratados por una sola persona. Si alguien pensara así me parece que estaría dando un enorme puntapié en el trasero a la libertad de expresión.
Finalmente decir, que todas las entradas de este blog son en exclusiva MÍAS y de nadie más. Mía es la responsabilidad de cada palabra escrita, exceptuando vuestros comentarios, claro, tanto por los aciertos que se puedan encontrar, como por los errores que sin duda también existirán. Me pueden criticar por no estar de acuerdo con la tesis que defiendo, porque esté mal escrita o cometa fallos de ortografía y por ello, no me verán protestar. Pero alzaré mi voz enérgicamente, si se me acusa de algo que puedo demostrar que es falso, como es la acusación en cuestión. Seguiré escribiendo en este blog sobre materias que me motiven a ello, con el único afán de dejar constancia impresa de los mismos y porque es un auténtico placer para mí. No busco las alabanzas y el reconocimiento público de mis posibles lectores. Me doy por satisfecho si consigo con cuaquier artículo mío hacer reflexionar al lector; que comprenda la tesis del mismo y entonces pase a censurar o ensalzar el artículo.

23 comentarios:

César dijo...

Oigo ruido de sables...

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2007/03/memorias-de-un-cinfilo-xxx-la-risa.html

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2007/04/el-devorador-de-libros-xl-copla.html

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2007/06/el-curioso-impertinente-xi-un-da-de.html

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2007/06/el-devorador-de-libros-xli-castillos-de.html

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2007/10/memorias-de-un-cinfilo-xxxii-no-era-uno.html

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2007/11/el-devorador-de-libros-li-esta-boca-es.html

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2007/11/el-curioso-impertinente-xiv-los-ojos.html

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2008/02/el-devorador-de-libros-lix-cabezas.html

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2008/03/el-devorador-de-libros-lx-farolillos.html

http://elcuriosoimpertinente.blogspot.com/2008/05/memorias-de-un-cinfilo-xxvii-un-nuevo.html

No existe ninguna otra fuente documental que usted conozca sobre los trapos sucios de la universidad que mis artículos, los cuales, mi querido Judas, yo imprimía y le daba a leer en cuanto los tenía listos; y la única información de lo que escribió que no es fruto de mi trabajo es la relación política de la cúpula universitaria, sabida por todos, y sus consideraciones acerca de Villanueva, sobre el que ya había escrito yo un par de artículos.
Y respecto al título y final de su artículo y el final del mío, Los ojos abiertos, no trate usted de darme clases de análisis de texto, que usted se quedó en secundaria, yo me he especializado en ello y sé muy bien cuándo se escribe cualquier cosa con los mismos elementos nominales y recursos discursivos.
Y menos mal que a la dueña de su corazón (y de toda iniciativa) no le dio por sugerirle que lo titulara El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha o Eloísa está debajo de un almendro, porque si no, sí que sería un plagio. ¿Qué clase de estúpido argumento es ése?

César Noragueda

Anónimo dijo...

Exactamente el mismo estúpido argumento que, nuevamente, usted realiza, César Noragueda. No nos interesa leer otra vez cada uno de sus artículos. No piense que todo lo que ocurre en la UMH es sólo información de usted. ¿De verdad está estudiando periodismo? ¿No debería saber entonces que ante cualquier notícia saldrán artículos de sus compañeros y no sólo de usted?, ¿Que surgirán comentarios de toda índole? Entonces que pasa, ¿Que hay que llevar a cabo un acalorado debate cada vez que dos personas o más escriban sobre el mismo hecho? Que absurdo me parece. Ciertamente el señor D. Reilly ha ido y sigue yendo en bastantes ocasiones a la universidad. Voy más lejos, parte del comentario de Villanueva sucedió en una clase a la que usted no fue y hay otros testigos que también escucharon lo que salió de boca del profesor. Qué lástima que usted no estaba allí, ¿verdad? De todos modos, sobre lo que dice acerca de que yo soy la dueña de toda iniciativa que realiza el señor D. Reilly, está usted muy equivocado. De hecho, a mí no se me ocurrió lo de que realizara un blog, fue una idea de él y me gustó. Es más, debería saber que a D. Reilly siempre le ha gustado escribir y personas como Aitor y Josef lo saben. Es cierto que yo fui una de las últimas sorprendidas. Así que dudo mucho que se me ocurriera a mí el que él llevara a cabo dicho blog. Especialmente cuando no tengo ni idea de cómo se hace uno. De todos modos no tengo por qué darle explicaciones, puesto que parece no querer entender nada. Por lo visto, le sorprende que alguien como él pueda hacer cosas por propia iniciativa. No todo el mundo es una marioneta mía. Y le recuerdo que los temas personales no se iban a volver a tocar en este blog. Así que cíñase a argumentar y criticar lo que se escriba en el blog y deje de decir estupideces acerca de mí. De lo contrario, si veo que sigue haciéndolo me estará dando la razón: Se picó por ciertos comentarios que previamente hice. Al margen de todo ello, no veo ninguna nueva argumentación en su comentario, así que no sé para qué se molesta en poner una y otra vez lo que es evidente: no sabe en qué ampararse para dejar a D. Reilly como un plagiador. Es gracioso que alguien que sólo se ha quedado en bachillerato (como usted indica)sepa escribir mejor de lo que usted se pensaba, ¿No?, ¿Por qué le molesta tanto que D. Reilly haya llevado a cabo tal proyecto? No se preocupe, su puesto está asegurado, aquí nadie ha venido a jorobar a nadie. Simplemente se trata de dejar constancia de lo que se piensa. No hay nada malo en ello. Además, como él mismo indica en el artículo, yo también me pensaba que otros temas tratados serían de mayor interés, pero está claro que usted no es capaz de mirar más allá de su propia arrogancia.

Saludos!

César dijo...

Repito, no existe ninguna otra fuente documental que ustedes conozcan sobre los trapos sucios de la universidad que mis artículos, y utilizar informaciones y teorías sin citar a la fuente, es decir, copiar en lo sustancial el trabajo de otros, incluyendo referencias nominales y recursos discursivos al principio y al final, es un plagio. Y eso no podrá taparlo ni una montaña de palabrería.

César Noragueda

Josef dijo...

A ver. Si puedes escribir sobre lo que tú quieras y como quieras, mi querido Reilly. Pero lo que no puedes pretender es que la gente no opine sobre si es original o no. Aunque tengas todo el derecho del mundo a tratarlo -y nadie intervenga ese derecho-, ello no quita que es un tema nada original. Como si yo decido rodar una película basada en el 6 de Junio de 1944, de algo que sucedió en las playas de Normandía. Pues puede que la peli esté muy bien, pero el tema no será original.

Ale, un saludo.

Anónimo dijo...

Que sí César, que lo que usted diga. Pero que yo recuerde usted no disponde de derechos de autor y, otra vez, sigue sin decir nada nuevo. Siga don erre que erre con el "supuesto plagio" que por mucho que lo lea y lo relea no encontrará tal acusación. Otra cosa sería que usted esté tan enorgullecido con lo que realiza que además necesita que otras personas lo nombren en sus artículos sin ni siquiera venir a cuento. En fin, un consejillo le voy a dar: no se estrese tanto que no es bueno para la salud.

¡Saludos!

César dijo...

¿Que no tengo derechos de autor? ¿Y qué cree que significa la ce que hay junto al título de cada uno de mis artículos?, ¿"cigarralero"? ¿Y mi licencia de Creative Commons que puede verse en mi blog? ¿Acaso dejaría de ser un plagio si no la tuviera?
Además, me importa un bledo lo que usted opine sobre si es pertinente nombrar al autor de un trabajo o no: estoy definiendo lo que es un plagio, y su orgullosa ignorancia al respecto no va a cambiar su definición. Debe de ser de las que cree que las notas a pie de página con referencias bibliográficas, que no sólo revelan buena educación sino decencia, son un antojo.
Las tonterías que se llegan a decir para defender lo indefendible.

César Noragueda

Anónimo dijo...

Uy señor César, veo que sigue usted estresado. "Me importa un bledo lo que usted opine sobre si es pertinente nombrar al autor de un trabajo o no", con esa frase no veo que le importe tan poco mi opinión. En cuanto a lo de mi orgullosa ignorancia, no sé realmente quién la tiene más, si usted o yo. Pero de todos modos, a mí no me tiene que dar lecciones sobre qué significa a pié de página una referencia bibliográfica. Lo sé de sobras, descuide. Y no se trata de algo llevado a cabo por buena educación y decencia, si no de que es lo que hay que poner cuando en un trabajo o artículo o lo que sea que realicemos, ponemos partes de algún autor en particular o de muchos en general. Y vuelvo a repetir, no es el caso de este artículo. Podrá llamarme ignorante, orgullosa y lo que le venga en gana, pero ello no me hará cambiar de opinión. No obstante, la que cree que usted defiende lo que es indefendible, soy yo, porque a mi parecer sigue sin tener razón, pero ¡ea! hay que respetar la libertad de expresión de todo el mundo.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Estimado señor Noragueda:
Le rogaría que se serenara,ya que le imagino demasiado crispado. En sus comentarios de respuesta no he encontrado ningun argumento que refute el contenido de mi artículo. Más bien, usted se ha dedicado a repetir mil veces el cada vez más "supuesto" caso de plagio y a meterse conmigo personalmente. Le cito textualmente algo que dijo anteriormente, y creo no errar al decir, estar cayendo usted:"hacer alusiones personales, dar golpes bajos que no vienen a cuento y lanzar nuevas calumnias sacando las cosas de contexto con el único objetivo de desviar la atención del asunto principal y hacer daño. Eso es de ser de lo más miserable, y no tiene vuelta de hoja". Totalmente de acuerdo. Se reconoce?Reflexione por un momento sobre ello.
Por otro parte celebro, tras la aparición de mi artículo, su opinión cambie, ya no dice que "todos los datos" de mi entrada son suyos, lo cual le agradezco. Cosa de la que si me acusaba antes, señor Noragueda.Su querido "Judas" no busca darle clases de nada, no busco enfrentarse a usted, así que no use frases belicosas. Querido Cesar Noragueda, piense sobre todo ello y relajese,si se me permite el consejo.
Saludos!!

Anónimo dijo...

¿Podeis parar ya de una p.vez?. A ver Sr Reilly, primero deja que diga quién quiera lo que de la gana, y en ningún momento se ha referido a usted para insultarle y criticar sobre su artículo que es plagiado o no. Y segundo, escriba sobre otro tema con tantos que hay, por ejemplo: La ley del suelo, apoyo matrimonios gays, guerras ilegales, Judíos pegando a 2 árabes...muchos temas.
Sólo digo que escriba una nueva entrada con un nuevo tema, y este dejalo. Bueno haz lo que quieras.

Saludos!!!

Josef dijo...

¡¡David J. Reilly!! ¡¡David J. Reilly!! Qué en tu perfil no pone que te gusta Estopa. Que son tu grupo favorito. Corre. ¡¡¡corrígelo!!!

:D

Anónimo dijo...

Veamos señora Clara, precisamente D. Reilly es el que menos comentarios ha hecho acerca de todo esto. Sólo hizo un artículo expresando lo que consideraba correcto o no. Si a usted le molesta leer cosas de tal índole no se meta en el blog. De lo contrario, descuide. D. Reilly tiene muchos otros temas de qué hablar, no hacía falta que usted citara ninguno, pero se le agradece igualmente.

¡Un saludo!

Anónimo dijo...

Mi querido Judas, bien sabido por todos es que la villanía, por no referirme a otras cosas, me crispa los nervios, qué le voy a hacer; sobre todo si se luce con orgullo.
Por otra parte, no he sido yo quien ha dicho que todos los datos de su artículo proceden de mi trabajo; revise antes de decir nonadas.
Le he repetido y subrayado mis argumentos; debe de tener usted cataratas intermitentes, que sólo le permiten tomar en consideración lo que a usted le conviene.
Pero, por si fuera poco, cliquee usted sobre mi nombre (el superior), porque parece ser que he vuelto a "esconderme" detrás de un artículo. Quizá ahora entienda lo que puede ocurrir si se sacude un panal de rica miel: picadura número uno.

César Noragueda

Anónimo dijo...

Señor César, lo que a usted le crispa los nervios no es la villanía, sino el mal perder que tiene. ¡Oh señor! Sí, lo admito! me ha pillado. Nosotros quedábamos con usted y deseábamos con todas nuestras fuerzas esperar a que nos imprimiese sus artículos de los cuales captábamos información para llevar a cabo nuestro maquiavélico plan: plagiarlo y fastidiarle. Jajaja. Y por supuesto el plan era mío y no del señor Reilly que no tiene ninguna iniciativa. La cantidad de memeces que tengo que leer por el simple hecho de a que usted le va el victimismo. Por otra parte, no sé de qué me sorprendo puesto que siempre ha sido así, cuando algo se le escapa de las manos alardea de lo mal que lo pasa y lo malo malosos que son los demás que no lo entienden. Pobrecito.

¡Un saludo a nuestro César!

César dijo...

Voy a hacer indagaciones para saber quién fue el inútil o la inútil que la enseñó a leer para que le despidan, porque no entiende nada: hablando de memeces, ya me gustaría saber dónde he dicho yo que estuviesen ansiosos de leer lo que escribo para plagiarme; lo único que me hacen perder es la paciencia. Pero tampoco me extraña, pues villanía, entre otras cosas, es redefinir lo que se considera bueno o malo según sopla el viento.
Por otra parte, en mi blog ha dicho usted que mi último artículo es el primero que le(s) dedico. Pues bien:

"... brujas insultonas que parecen ser peinadas a zarpazos por sus gatos..."
(Tomaduras de calva, 5 de octubre de 2005)

"... un servidor navegaba en medio de tempestades, de rupturas y reconciliaciones..."
(El punto culminante, 4 de octubre de 2006)

"Tengo por costumbre apuntar las frases insólitas que mis amistades, conocidos y demás seres extraños dispensan por sus lindas bocas, así como aquéllas que esconden anécdotas divertidas en las que los de siempre nos vemos involucrados. Algunas personas se llevan la palma, y de cada tres comentarios que hacen, dos van a parar a la página virtual en la que recopilo pruebas de nuestra bárbara elocuencia".
(Las cosas del decir, 13 de diciembre de 2006)

"Gracias a dos alumnas de la Universidad Miguel Hernández, ha llegado hasta mí un libro de Javier Hervada..."
(Laicismo, 31 de enero y 7 de febrero de 2007)

"Un amigo, esbozando una mueca al ver mi letra de médico, me preguntó ingenuamente si yo mismo era capaz de comprenderla".
(El Ciclo de Trántor, 14 de febrero de 2007)

"Un amigo afirma que soy un liberal de izquierdas; otro se mofa, sólo para tocarme las narices, hablando de mis populares amigos diestros".
(Energúmenos, 18 y 25 de abril de 2007)

"... hablándome del modo en que las gasta cierto estudiante, me han explicado que se ocupa en presumir ante determinadas féminas de que se lía con las novias de sus amigos, y en realizar declaraciones poco respetuosas con el vínculo de una pareja".
"A su desfachatez le doy la misma importancia que a una lluvia pasajera; y sus comentarios, para mí y para quienes me rodean, son —y disculpad que lo diga así— como pedos al viento..."
(Tres en un burro, 2 de mayo de 2007)

"No conforme con mi primera llamada de aviso, redobla su osadía, poniendo en duda los sentimientos de una pareja, viendo gusto y celos donde no hay más que rechazo..."
(El vientre de un sapo, 23 de mayo de 2007)

"... como si no fuese algo nuevo y contara con el beneplácito de algunos de los testigos, que le defendieron..."
(Un poco protervo, 21 de enero de 2008)

Ahí hay referencias a ustedes dos, implícitas y explícitas; y las implícitas suelen ser de defensa encubierta. Hasta la última, naturalmente.
Qué mala memoria tienen.

César Noragueda

Anónimo dijo...

La verdad es que sí. Tengo una malísima memoria, tanto que estudio una carrera como Derecho, fíjese usted y ahí no tengo que memorizar nada. Ahora usted dirá que el problema es una falta de comprensión, pues no, lo que ocurre es que la mayoría de veces lo que ha escrito me la "trae al fresco" y sólo presto atención a cosas que considero importantes. ¡Vaya! Ahora me doy cuenta que a lo largo de tantos años utilizo frases de usted, espero que no me "denuncie" por plagiarlo y no ser capaz de citarlo en algún momento. Y por cierto, usted también me hace a mí perder la paciencia con tanta arrogancia.

¡Saludos César!

César dijo...

Claro, y como no presta atención a lo que no le importa, obvia a lo que no le conviene contestar y se inventa cosas sobre lo que no le importa.
Aplausos.

César Noragueda

Anónimo dijo...

Pues exactamente lo mismo que usted ha hecho desde que empezó a visitar el blog. Con todo lo que se ha escrito siempre ha acabado ciñéndose en el "supuesto plagio". Y me hace gracia cuando veo a personas que quieren tener tanto protagonismo, aún no estando en su propio blog.

¡Saludos!

Josef dijo...

¿Eso lo dices por tí Monashee? ¿O este blog es tuyo?

Anónimo dijo...

A mi no me hace falta escribir en un blog para tener protagonismo. Es más, al menos yo no voy por ahí presumiento de ser una estupendísima escritora y no dejando paso a otras personas que también les apetezca escribir. Bueno, dependiendo de quiénes sean esas personas, porque ya sabemos que César Noragueda hace su más distinguida elección, lo cual me importa un bledo porque su opinión no va a hacer que la gente cese en su empeño por escribir.

César dijo...

Pero, ¿quién va presumiendo por ahí de qué? ¿Y quién no deja escribir a quién? Y yo que pensaba que esto no iba de escribir sino de plagiar.
No obstante, claro, mis mensajes van destinados a tener protagonismo en un blog que no lee ni el Tato. Pero ella, que es la que contesta a todo Dios en vez del verdadero responsable del blog, "no necesita tener protagonismo porque ya lo tiene" (¿?).
Para mí que no da pie con bola.

César Noragueda

Anónimo dijo...

Pues mire que le digo César, este blog lo verá más o menos gente, pero al menos se le dejan comentarios, no como al de usted que la mayoría de artículos pone 0 comentarios. Además si piensa que me va a fastidiar con las tonterías que dice, la lleva clara. Y el verdadero responsable del blog no contesta con comentarios, sino que deja bien clarita su postura con un artículo. Lo mismito que hace usted cuando algo le molesta, ¿Verdad? Se dedica a contar sus batallitas en artículos, que quién no tenga ni idea de qué ocurre en su vida diaria ni sabe de lo que habla, porque la mayoría de cosas que hace son referencias personales y comenta lo mal que se portan con usted. Que pena más grande, en serio. Y me sigue demostrando que tiene muy mal perder.
¡Saludos!

César dijo...

Mi blog tiene 104 comentarios mayoritariamente escritos por distintas personas que no me conocen (ni uno mío) en 38 artículos.
El del señor Reilly, tiene 77 comentarios escritos entre 10 personas que le conocen en 6 entradas, de los cuales 54 versan sobre el asunto del plagio, otros 5 son derivados de tal discusión (sumados, 59), 26 han sido escritos entre él y usted (3 por él y 23 por usted) y 16 por un servidor. Muy halagüeño, sí, señora; y lo gracioso es que, si sumamos los 3 comentarios del señor Reilly y las 13 entradas que ha escrito, parece ser que usted ha escrito más que él en este blog.
Por otra parte, de los 128 artículos que he escrito (me libré de 8 porque los consideré pedestres), hay 13 cuyo tema principal sean referencias personales; el resto, o no tienen nada que ver conmigo o contienen referencias puntuales para sugerir otros asuntos relacionándolos como fuere.
Los números cantan, pero usted prefiere ponerse tapones y decir la primera bobada que se le ocurre. Como, por ejemplo, que tengo muy mal perder. ¿Y se puede saber qué se supone que he perdido? Creo que sigue sin entenderlo y que todo lo demás sigue siendo desviar la atención: yo no he perdido nada, es su señor novio quien no tiene ideas que perder y me ha plagiado.

César Noragueda

Anónimo dijo...

Me imagino lo que debe calentarse la cabeza para seguir poniendo las mismas tonterías que pone siempre. He pensado que usted es mucho mejor que un somnífero, de tanto que se repite me llega a entrar un sopor...¡Qué horror! Además, el objetivo de este blog no es que gentucilla como usted se dedique a decir memeces, si no que se trata de que D. Reilly escriba y diga lo que le plazca. No sé qué es lo que tanto le molesta, pero sea lo que sea, a mí me encanta :-D. Y siga diciendo las tonterías que quiera, que yo ya paso de este absurdo tema.

¡Saludos César!